Tipos de deuda: conoce las principales categorías y ejemplos

¿Quieres saber cuáles son los tipos de deuda y cómo influyen en tu vida financiera? Te explicamos sus características y clasificaciones principales.

Por: Dario Herrera

17/07/2025

La deuda es un instrumento financiero crucial para el correcto funcionamiento económico de individuos, empresas y gobiernos. Desde la adquisición de un hogar hasta la financiación de infraestructuras estatales, la deuda facilita la toma de decisiones financieras a cambio de obligaciones futuras. No obstante, no todas las responsabilidades económicas son iguales, ni sus consecuencias son siempre ventajosas.

Para tomar decisiones robustas y sostenibles, es esencial entender las distintas modalidades de deuda y sus impactos. Entender qué se debe, a quién, en qué situaciones y con qué repercusiones es más relevante que simplemente determinar el monto debido. Esta transparencia es crucial tanto para la administración individual de la divisa como para el bienestar económico de las empresas e incluso de los países en su conjunto.

En este documento definiremos qué significa una deuda, su clasificación, los actores involucrados y sus consecuencias. La meta es establecer un modelo concreto para valorar la deuda como fenómeno económico y social, más allá de simplemente establecer si es "buena" o "mala".

¿Qué es una deuda?

Una deuda es un compromiso financiero que una persona, empresa o entidad pública toma al recibir dinero, prometiendo devolverlo en un futuro cercano, junto con intereses o condiciones acordadas. En resumen, endeudarse significa usar hoy dinero que no tenemos, a cambio de tener que pagar una deuda en el futuro.

El origen de la deuda empieza en los primeros días del comercio. Antes de que existiera el capital, ya se registraban promesas en forma de intercambios futuros o acuerdos pendientes. Con el crecimiento de los sistemas financieros, la deuda se volvió más detallada, convirtiéndose en algo legal creado a través de contratos y reglas.

En la economía personal, la deuda se convierte en una herramienta para obtener cosas que los ingresos actuales no permiten, como una hipoteca, un préstamo para estudios o una tarjeta de crédito para ocio. En el mundo de los negocios, se usa para apoyar actividades, crecer empresas o lidiar con problemas financieros. A nivel local, los gobiernos generan deudas para resolver problemas financieros o para hacer cuantiosas inversiones en infraestructura y servicios públicos.

La deuda, si se maneja bien, puede ser una herramienta para lograr prosperidad. La deficiente administración puede ser una carga tanto económica como social. Por eso es crucial comprender sus diversas formas, aplicaciones y peligros.

Existen diversos 3 tipos de deudas que comprenden las principales categorías en el campo del recobro. Éstas incluyen la deuda asegurada, la deuda no asegurada y la deuda garantizada.

En la categoría de deuda asegurada se encuentra la hipoteca de una casa o el préstamo de un automóvil.

Por otra parte, las tarjetas de crédito y los préstamos personales no garantizados son ejemplos de deuda no asegurada. Finalmente, la deuda garantizada se refiere a préstamos en los que el prestatario proporciona ciertos activos como garantía. El conocimiento y la gestión adecuada de estos 3 tipos de deudas son esenciales para mantener una salud financiera satisfactoria.

Clasificación de las deudas

La deuda se puede clasificar de varias maneras, según diferentes criterios. Esta clasificación ayuda a comprender mejor su naturaleza, sus riesgos y su impacto. A continuación, se muestran las principales maneras de agrupar las deudas:

Según el emisor o deudor

Deuda pública

Es la deuda contraída por los gobiernos, ya sea a nivel nacional, regional o local. Se utiliza para financiar servicios públicos, inversiones o cubrir déficits presupuestarios. Suele emitirse en forma de bonos del Estado y está respaldada por la capacidad fiscal del país.

Ejemplo: Los bonos del Tesoro emitidos por el gobierno para financiar infraestructuras.

Deuda privada

Es la que contraen personas físicas o empresas privadas. Puede tener diversos fines, como consumo, inversión o financiación operativa. La deuda privada responde directamente al riesgo de insolvencia del individuo o entidad emisora.

Ejemplo: Un crédito empresarial o un préstamo hipotecario personal.

Según el plazo de devolución

Deuda a corto plazo

Son aquellas obligaciones que deben ser pagadas en un plazo inferior a un año. Suelen utilizarse para cubrir necesidades inmediatas de liquidez o gastos operativos. Este tipo de deuda suele tener condiciones más flexibles, pero también puede implicar tasas de interés más altas si no se gestiona adecuadamente.

Ejemplo: Un crédito comercial para pagar proveedores o una tarjeta de crédito con saldo pendiente.

Deuda a largo plazo

Incluye compromisos financieros cuyo vencimiento supera el año. Se utiliza comúnmente para inversiones significativas o proyectos con retorno a mediano y largo plazo. Aunque suele implicar tasas de interés más bajas, también conlleva un compromiso prolongado que puede afectar la salud financiera a futuro.

Ejemplo: Una hipoteca a 20 años o un bono corporativo a 10 años.

Según la finalidad

Deuda de consumo

Está orientada a la adquisición de bienes o servicios para el uso personal o familiar. Suele incluir préstamos personales, compras con tarjeta de crédito o financiación de bienes duraderos. Este tipo de deuda, si no se controla, puede deteriorar rápidamente la economía doméstica.

Ejemplo: Financiar un electrodoméstico o unas vacaciones con tarjeta de crédito.

Deuda empresarial

Contraída por empresas para financiar operaciones, capital de trabajo, expansión o mejora de procesos. Es una herramienta habitual en el mundo corporativo, y bien usada puede ser clave para el crecimiento.

Ejemplo: Un préstamo para ampliar una planta de producción o comprar maquinaria.

Deuda de inversión

Se utiliza para adquirir activos que generen ingresos o valor a largo plazo. Puede ser contratada por individuos, empresas o gobiernos, y se espera que el retorno supere el coste del financiamiento.

Ejemplo: Un préstamo para comprar una propiedad destinada al alquiler o acciones de una startup.

Deuda de subsistencia

Se contrae para cubrir necesidades básicas ante la falta de ingresos suficientes. Suele ser la más frágil, ya que no genera retorno económico y puede conducir rápidamente al sobreendeudamiento.

Ejemplo: Pedir un préstamo para pagar el alquiler o comprar alimentos.

Según la garantía

Deuda garantizada

Está respaldada por un activo concreto que actúa como garantía de pago. En caso de incumplimiento, el acreedor tiene derecho a quedarse con el bien. Este tipo de deuda suele tener menores tasas de interés debido al menor riesgo para el prestamista.

Ejemplo: Una hipoteca (garantizada por el inmueble) o un préstamo prendario sobre un vehículo.

Deuda no garantizada

No cuenta con un respaldo específico en forma de activo. El acreedor asume un mayor riesgo, por lo que las condiciones suelen ser más estrictas y los intereses más elevados.

Ejemplo: Un préstamo personal o una tarjeta de crédito sin aval.

Según la calidad crediticia

Deuda senior

Tiene prioridad en el orden de pago en caso de liquidación o quiebra del deudor. Es la más segura para el acreedor, y por eso suele ofrecer menores rendimientos o intereses.

Ejemplo: Bonos corporativos senior emitidos por grandes empresas con buen historial de pago.

Deuda subordinada

Se paga después de que la deuda senior ha sido saldada. Representa un mayor riesgo para el acreedor, por lo que suele tener una mayor rentabilidad asociada. Es común en estructuras de financiamiento mixtas.

Ejemplo: Préstamos subordinados otorgados a startups o empresas en expansión.

Deuda híbrida

Combina características tanto de la deuda como del capital (acciones). Puede incluir instrumentos como bonos convertibles o participaciones preferentes. Sirve para estructurar financiamiento más flexible, pero con riesgos particulares según las condiciones contractuales.

Ejemplo: Un bono convertible en acciones ordinarias tras cierto plazo.

Tipos especiales o categorías adicionales

Deuda hormiga

Es un tipo de endeudamiento que se acumula lentamente a través de pequeños créditos o gastos frecuentes. Aunque cada importe puede parecer insignificante, su acumulación puede generar una carga financiera considerable y difícil de detectar a tiempo.

Ejemplo: Compras aplazadas en múltiples cuotas pequeñas, suscripciones acumuladas o microcréditos recurrentes.

Deuda ficcional

Hace referencia a obligaciones que se perciben como deuda pero que no tienen respaldo legal o económico directo. Pueden surgir por presión social, moral o cultural, más que por contratos reales. También puede usarse el término para describir deudas que se crean artificialmente en ciertos contextos financieros complejos.

Ejemplo: Sentir la necesidad de “devolver” favores económicos a familiares cuando no existe un compromiso explícito, o estructuras de deuda opacas dentro de conglomerados financieros.

Otros tipos relevantes según contexto

Existen formas de deuda que no encajan fácilmente en las categorías anteriores, pero que son relevantes en contextos específicos:

Deuda ecológica: el daño ambiental causado por países industrializados, considerado como “deuda” hacia regiones más afectadas.

Deuda técnica: en desarrollo de software, es el costo acumulado por elegir soluciones rápidas en lugar de las más robustas.

Deuda histórica o social: conceptos usados para describir desigualdades acumuladas a lo largo del tiempo que requieren reparación o reconocimiento.

Principales actores involucrados

La deuda no existe en el vacío: siempre hay, al menos, dos partes implicadas en una relación crediticia. Comprender quiénes son los actores principales permite dimensionar el alcance del endeudamiento y sus dinámicas.

Deudores

Son quienes adquieren la obligación de pago. Pueden ser:

Personas: individuos que se endeudan para consumir, invertir o afrontar imprevistos.

Ejemplo: Un trabajador que solicita un crédito para financiar estudios.

Empresas: recurren a la deuda para operar, crecer o sobrevivir en momentos de tensión financiera.

Ejemplo: Una pyme que toma un préstamo para ampliar su capacidad productiva.

Gobiernos: Emiten deuda pública para financiar políticas, infraestructuras o cubrir déficits presupuestarios.

Ejemplo: Un Estado que lanza bonos para financiar la construcción de una autopista.

Acreedores

Son quienes entregan los recursos y esperan su devolución bajo condiciones pactadas. Entre ellos se encuentran:

Bancos y entidades financieras

Bancos y entidades financieras: son los actores más comunes en el sistema crediticio formal. Evalúan riesgos, fijan intereses y estructuran productos de deuda.

Ejemplo: Un banco que ofrece préstamos hipotecarios.

Inversores institucionales

Inversores institucionales: como fondos de pensiones, aseguradoras o fondos de inversión, que compran instrumentos de deuda buscando rentabilidad estable.

Ejemplo: Un fondo que adquiere deuda corporativa de bajo riesgo.

Organismos internacionales

Prestan a países en desarrollo o en crisis. Pueden condicionar sus préstamos a ciertas políticas económicas.

Ejemplo: El FMI otorgando un crédito a un país con problemas de balanza de pagos.

Proveedores y acreedores comerciales

Otorgan crédito entre empresas como parte de su relación comercial habitual.

Ejemplo: Un proveedor que permite a una tienda pagarle 60 días después de la entrega.

El equilibrio entre estos actores, sus incentivos y su poder de negociación es lo que determina la dinámica y la sostenibilidad de muchas economías.

Consecuencias e implicaciones de la deuda

La deuda, bien gestionada, puede ser una palanca de desarrollo. Mal administrada, se transforma en una trampa difícil de revertir. Sus efectos se extienden desde el plano individual hasta el sistema económico global, y su impacto varía según el tipo de deuda, el contexto y la capacidad de pago del deudor.

A nivel personal La deuda puede mejorar la calidad de vida si se usa con criterio: permite acceder a educación, vivienda o herramientas de trabajo. Pero también puede derivar en estrés financiero, pérdida de patrimonio o exclusión del sistema bancario si se incurre en sobreendeudamiento o se abusa del crédito de consumo.

Ejemplo de deuda útil: Un préstamo estudiantil que permite acceder a una carrera profesional con alto retorno económico. Ejemplo de deuda problemática: El uso de múltiples tarjetas para cubrir gastos corrientes sin capacidad real de devolución.

A nivel empresarial El endeudamiento es una herramienta común para crecer, innovar o resistir ciclos económicos adversos. Sin embargo, una empresa excesivamente apalancada (con mucha deuda en relación a sus ingresos) se vuelve vulnerable ante cambios en el mercado, aumento de tipos de interés o caída en sus ventas.

Ejemplo de deuda útil: Financiar una nueva línea de producción que aumenta la rentabilidad de la empresa. Ejemplo de deuda problemática: Tomar préstamos para cubrir pérdidas recurrentes sin resolver problemas estructurales.

A nivel estatal Los gobiernos se endeudan para invertir en infraestructuras, programas sociales o estabilizar la economía. Pero cuando el endeudamiento supera la capacidad de recaudación y crecimiento del país, puede derivar en crisis fiscales, recortes presupuestarios o pérdida de soberanía ante acreedores externos.

Ejemplo de deuda útil: Emisión de bonos para construir hospitales y escuelas en regiones necesitadas. Ejemplo de deuda problemática: Tomar deuda en moneda extranjera sin cobertura adecuada, generando dependencia y riesgo de default.

A nivel social y económico Una sociedad sobreendeudada puede enfrentar tensiones sociales, aumento de la desigualdad y ciclos de pobreza. A nivel macroeconómico, el endeudamiento excesivo puede derivar en inflación, restricciones crediticias o crisis financieras. Las burbujas de deuda, como la de 2008, son ejemplo claro de cómo un mal manejo del crédito puede desestabilizar el sistema entero.

Normativa y gestión de la deuda

La deuda está regulada por un entramado de leyes y normas que buscan proteger tanto al deudor como al acreedor, y asegurar la estabilidad del sistema financiero. Estas normativas varían según el país, el tipo de deuda y el marco legal aplicable, pero en general se centran en tres áreas fundamentales: la transparencia, la responsabilidad y la protección frente al incumplimiento.

Normativa relevante

Leyes de crédito al consumo: regulan cómo se ofrecen los préstamos personales, tarjetas de crédito y otros productos financieros a particulares. Suelen exigir información clara sobre tasas de interés, comisiones y derechos del consumidor.

Ejemplo: La Ley de Contratos de Crédito al Consumo en la Unión Europea.

Normas de solvencia bancaria: Establecen límites y requisitos para que los bancos no asuman riesgos excesivos al conceder préstamos.

Ejemplo: Los acuerdos de Basilea, que fijan estándares internacionales para la gestión del riesgo bancario.

Regulación de la deuda pública: Obliga a los gobiernos a informar sobre sus niveles de deuda y a respetar límites legales o constitucionales.

Ejemplo: Reglas fiscales que imponen techos de déficit o deuda sobre el PIB.

Leyes de insolvencia y quiebras: permiten a personas o empresas renegociar sus deudas o, en casos extremos, cancelar parte de ellas bajo supervisión judicial.

El procedimiento concursal para empresas o la ley de segunda oportunidad para particulares.

Importancia de la gestión responsable

Más allá del marco legal, la gestión prudente de la deuda es clave para evitar situaciones de sobreendeudamiento.

Esto implica:

  • Evaluar la capacidad real de pago antes de asumir compromisos.
  • Diversificar fuentes de financiamiento para no depender de un solo acreedor.
  • Negociar condiciones claras y sostenibles.
  • Monitorizar los vencimientos y mantener liquidez para atenderlos.

Tanto a nivel individual como institucional, una deuda mal gestionada puede convertirse en un problema crónico. La educación financiera, la planificación y el uso responsable del crédito son herramientas esenciales para evitar que la deuda se transforme en una carga insostenible.

Dario Herrera

Foundador

Profesional con sólida experiencia en gestión de proyectos y desarrollo de soluciones tecnológicas enfocadas en la optimización de procesos y la implementación de estrategias innovadoras. He liderado equipos multidisciplinarios impulsando la eficiencia operativa y maximizando el retorno de inversión (ROI) en sectores como energía, finanzas y tecnología.
Registrate a nuestra newsletter
Recobro

Patrocinado por:

ElevenLabs